jueves, 3 de enero de 2019

EL DERECHO, LA POLÍTICA Y LA MUERTE


Joaquín Morales Solá fue cronista de la dictadura genocida


Lo siento Graciana, esta vez no estamos en todo de acuerdo
Por María Laura Garrigós de Rébori

Acabo de leer la nota de Ailín Bullentini que publica hoy Página 12 a propósito de tu reacción frente al uso que otro periodista pretendió hacer de la muerte de Héctor Timerman.

Es cierto que hay jueces y jueces, y fiscales y fiscales, pero no es que unos sean más “humanos” que otros. Lamentablemente hay que reconocer que todos somos parte de la misma humanidad.

Es que aunque haya ellos y nosotros, cuando pensamos en cómo mejorar este mundo, y eso incluye al Poder Judicial, no podemos excluir a nadie.

Para mí el asunto es otro. Hay jueces respetuosos de los derechos que reconoce nuestra constitución y hay otros que deciden utilizar el derecho con otros objetivos, ya sean propios o ajenos.

Hay jueces y fiscales que aplican razonablemente principios básicos como que todos somos inocentes hasta que no se nos condene después de un juicio en el que nos hayamos podido defender.

Que saben que no se puede condenar por “sospechas” de que alguien hizo algo. No debe haber ninguna duda sobre qué se hizo, y cómo se hizo. Es que sin esa certeza, no estamos ante un juicio -tarea del Poder Judicial- sino ante las suposiciones típicas de comentarios malintencionados que, en las peores épocas que hemos vivido sirvieron para la caza de brujas y otras persecuciones.

Hay jueces y fiscales que tienen claro el valor supremo que se debe acordar a la libertad de las personas y sólo la restringen provisoriamente cuando no hay más remedio, cuando es indispensable. Pero antes de esa decisión saben que deben agotar todas las posibles alternativas.

En fin, hay jueces y fiscales que cumplen bien y orgullosamente su tarea y eso es lo menos que los ciudadanos debemos exigirles.

Hay mucho que cambiar en el Poder Judicial, lamentablemente nada nos asegura que lograremos inspirar a los jueces para que desarrollen empatía, pero lo que sí podremos hacer, y en esto confío, es desarrollar mecanismos de control para exigir el irrenunciable cumplimiento de nuestros derechos constitucionales.

No es sólo tarea de jueces y fiscales. Es nuestra.



“El Poder Judicial debe ser más humano”
Por Ailín Bullentini

“El Poder Judicial tiene que ser más humano. La política no puede convertirlos en bestias.” La conclusión pertenece a la abogada Graciana Peñafort. Es el mensaje que dedicó a funcionarios judiciales después de la muerte del ex canciller Héctor Timerman, motivada por el “enojo grande” que todavía purgaba en la tarde de ayer por la columna de opinión en la que Joaquín Morales Solá, en el diario La Nación, hizo un “uso político” de la enfermedad y el deceso del ex funcionario para “pegarle a Cristina” Fernández de Kirchner. La abogada y amiga personal de Timerman se despachó durante la mañana en redes sociales y más tarde dialogó con Página12 sobre el tema.

“Esa nota me dio mucho enojo porque está mal por varios motivos. Está mal porque ofendió la memoria de Héctor y también porque él la quería mucho a Cristina. Usar su muerte para pegarle a ella es muy bajo”, dijo a este diario, reiterando algunas de las ideas que había volcado en un puñado de tweets tras leer el artículo en el que Morales Solá criticó la responsabilidad de la Justicia en la enfermedad por la que falleció Timerman y, de paso, aprovechó para insistir en la cualidad de “persona rencorosa y vengativa” de la ex mandataria. “Si Héctor la hubiera leído, se hubiera indignado. Es muy brutal, no es justo. Le tenía mucho afecto a Cristina”, sostuvo la abogada, para quien el artículo fue “una canallada” en la que su autor “además miente”.

Peñafort, que conoció a Timerman cuando él era embajador argentino en Estados Unidos, durante la primera presidencia de Fernández, y ella integrante del equipo redactor de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, remarcó en declaraciones a este diario que tras el final del gobierno de Fernández y “mientras él estuvo bien” con la ex mandataria “tenían comunicación directa”. “De hecho hay una última foto de ellos dos, con Héctor aún fuera de su casa, en el Instituto Patria”, recordó. Luego, cuando la enfermedad deterioró su estado de salud lo suficiente como para impedirle hablar, la ex presidenta se mantenía informada respecto de la situación del ex canciller a través de Peñafort.

Así la abogada lo puntualizó en uno de los tweets con los que desmintió a Morales Solá. “Sos injusto con CFK en tu nota, porque me consta que ella siempre estuvo atenta a cómo estaba su salud y su ánimo –tuiteó–. Lo sé, Joaquín, porque era a mí a quien CFK llamaba para preguntar y para trasmitir mensajes de afecto. Que yo siempre retransmití y Héctor siempre sonreía. Porque Timerman en un momento ya no pudo hablar por teléfono y luego, ya no pudo hablar. Mucho menos recibir visitas.”

Tal como mencionó a través de la red social, Peñafort insistió en que Timerman no logró obtener tratamiento para el cáncer de hígado que sufría debido al destrato del juez federal Claudio Bonadio, quien lo investigó y procesó por el Memorándum de Entendimiento con Irán, y a la Cámara de Casación que revisó su procesamiento con prisión preventiva. “Lo que yo sé a ciencia cierta es que Héctor tenía que viajar a Estados Unidos a tratarse y supliqué a la Justicia que no le impusieran prisión preventiva porque sabíamos lo que iba a pasar con la visa. Y se la pusieron igual”, sostuvo la abogada, que defendió a Timerman junto a su socio Alejandro Rúa.

Bonadio insistió en imponerle la prisión preventiva a Timerman, a quien procesó por encubrimiento y traición a la patria. A pesar de que la Cámara revocó ese último delito, sostuvo la prisión. Pero Peñafort insistió más. Durante la feria judicial estival, logró que el juez Sergio Torres y el fiscal Guillermo Marijuán levantaran esa medida para poder, así, insistir en que Estados Unidos repusiera la visa que había dado de baja al ex funcionario.

Tanto Torres como Marijuán son “tan jueces y fiscales de Comodoro Py como Bonadio y los jueces de la Cámara. Pero son humanos. No fueron lo salvajes que fueron Bonadio y esa Cámara”, evaluó Peñafort. “Hasta que logramos revertir la situación, pasó mucho tiempo, ya no hubo vuelta atrás. Cuando llegó a Estados Unidos ya no podían hacerle el tratamiento. Esto no es un ‘me parece’, una ‘interpretación’ ni una opinión. Es lo que pasó, me consta. Héctor podría haber tenido tratamiento y no lo tuvo por culpa del Poder Judicial argentino”, denunció.

Timerman regresó a Argentina y, entre las cosas que hizo antes de morir, figura declarar ante el Tribunal Oral Federal 8 que va a dirigir el juicio por el memorándum. Declaró desde su casa y por adelantado. “Fue más humana la situación que aquella declaración que le tomó Bonadio. Y se quedó todo lo tranquilo que una persona puede estar cuando se lo involucra en una causa tan vergonzante”, apuntó la abogada, quien concluyó: “El Poder Judicial tiene que ser más humano. La política no puede convertirlos en bestias. Ha perdido el eje, se ha olvidado de la Constitución y, más imperdonable aún, es que se ha olvidado de su condición de humanidad”


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