«El debate trasciende la defensa de los intereses profesionales».
Entrevista a Damián Loretti, candidato a presidente del Colegio Público de Abogados...
«Hay que darle voz pública al Colegio. El derecho tiene cada día mayor peso en una sociedad cada vez más compleja. Hoy se habla de la expansión de derechos civiles, sociales, económicos y políticos, pero el Colegio no está presente en esos debates», señala Damián Loretti, candidato a la presidencia del Colegio Público de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires por la agrupación Frente Gremial de Abogados Colegio para Todos.
La afirmación de Loretti, doctorado en Derecho a la Información, impulsor de la nueva ley de medios y ex vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, pone el acento en un tema clave: el rol de las asociaciones profesionales en el seno de la sociedad.
«La discusión está más allá de la defensa de los propios intereses del abogado. No digo que deba existir una voz uniforme, porque se pueden llegar a situaciones donde se expresen minorías y mayorías mediante comisiones de trabajo que hagan públicos los debates. Insisto en que hay un rol de educación comunitaria para empoderar a la población con el conocimiento de las leyes. Es un desafío muy fuerte. Y es algo que, salvo nosotros, nadie está proponiendo», afirma Loretti.
–¿Qué temas debería poner en debate el Colegio Público de Abogados?
–Un tema es la reforma de los códigos civil y comercial. Hay un texto planteado. Sería de una enorme utilidad que el Colegio lo discutiera, que tuviera voz en una reforma central. Hoy, no hay debate. Ni siquiera se ha discutido sobre las implicancias del fallo de la Corte Suprema en la cuestión del aborto. La Corte dice que el caso más importante que tiene es el saneamiento de la cuenca Matanza-Riachuelo, que ha dado instrucciones en caso de apremios ilegales y que ha instruido sobre cómo seguir con los casos donde se investigan crímenes de lesa humanidad. Si se miran las propuestas de las otras listas, o incluso la propia historia del Colegio, no hay un reconocimiento de esta realidad.
–La discusión de fondo es qué rol debe cumplir el Colegio Público de Abogados…
–Tal cual. Si es sólo defender los intereses de un sector profesional, aun con las diferencias que puedan existir, o de qué modo se le da preponderancia a la voz del abogado para jerarquizarlo y amigarlo con una sociedad que, como decía, es cada vez más compleja. Si uno observa un conjunto de leyes nuevas que se relacionan, por ejemplo, con los migrantes, los refugiados, con la salud mental o incluso con los medios de comunicación, el Colegio no está.
–Hay un crecimiento exponencial de los derechos…
–Seguro. Son derechos que la gente puede ejercer y sobre los cuales los abogados también tenemos un rol que cumplir. Es crucial entender al abogado más allá de su ejercicio individual. Hay que interpretar al abogado en la perspectiva del colectivo científico que integra.
«un Colegio para todos». Loretti explica que buena parte de las expectativas de la lista que encabeza pasan por captar el voto de los abogados que en ocasiones anteriores se volcaron a otras opciones. Pero también por hacer crecer el interés de los que no se sienten representados. “Hasta ahora, la gran satisfacción pasa por saber que hay colegas que nos han dicho que a partir de nuestra propuesta existe la posibilidad de pensar un Colegio distinto. Por eso levantamos el lema «un Colegio para todos»”, dice Loretti.
–¿Quiénes son los que no se sienten representados?
–Principalmente, los abogados jóvenes que no han encontrado todavía un espacio en la profesión. Es poco lo que ha hecho el Colegio por ellos. Tampoco encuentran incentivos en las propuestas más conservadoras. Dentro de esa franja hay una crisis seria, especialmente entre quienes trabajan en relación de dependencia...
–¿Los que trabajan para los grandes estudios?
–Sí. No tienen ningún tipo de derecho. O bien tienen sueldos muy deteriorados o, directamente, no son reconocidos en su jerarquía profesional.
–¿Por qué?
–Porque les asignan roles propios de un gestor.
–¿Qué otra mirada los diferencia del resto de las listas?
–La problemática de jerarquizar el rol del abogado en las estructuras de la administración pública, tanto del Estado Nacional como porteño. Aquí hay dos cuestiones. Por un lado, cómo se ensambla ese profesional dentro de las estructuras de los diferentes organismos públicos y, por el otro, la necesidad de establecer mecanismos de perfeccionamiento, investigación y publicación. Se trata, en definitiva, de que el abogado pueda mejorar en el escalafón profesional.
–Hay una idea generalizada que señala sólo como abogado a quien litiga…
–Es una idea errónea. Aún cuando no litigue, hay un mecanismo de ejercicio que no está suficientemente reconocido y jerarquizado en la administración pública nacional y porteña.
- Los actores concentrados. “Hay que compensar la asimetría económica porque genera una asimetría en el derecho de la defensa. El ejercicio de la profesión no es sólo, como dicen los sociólogos del derecho, dos expertos puestos en debate. Es mucho más que eso. También es lo que está atrás de cada uno de ellos en términos de los intereses a ser reconocidos y defendidos. No aceptarlo es desconocer las condiciones reales en que se desarrolla la profesión”, subraya Loretti. Su visión pone en relieve que el abogado que litiga en forma individual está en una situación de desventaja frente a los sectores más concentrados de la profesión.
–Una vez más aparece la cuestión de los grandes estudios.
–Es que frente a estos estudios, el litigante individual debe afrontar una situación de fuerte asimetría. Por ejemplo, tener que pagar un bono por parte implica desconocer el contexto real en que ese profesional ejerce. Además, es normal que los grandes estudios presentan poderes donde aparecen diez o quince abogados que alternativamente pueden ir las audiencias. Ese poderío económico también se manifiesta en una mayor capacidad para investigar jurisprudencia y doctrina. El otro abogado, el que trabaja en forma individual, el tiempo que está en la biblioteca se lo resta a su clientela.
–¿Cómo se resuelve esa asimetría?
–No creo que se puede resolver tan simplemente, pero se puede reducir. El Colegio debe realizar una tarea mucho más profunda de facilitación de materiales; por ejemplo, poniendo materiales online y concretando ateneos ante fallos o plenarios relevantes.
–¿Qué otra cuestión ligada a lo económico tiene en su agenda?
–La Ley de aranceles. Hay que modificarla. Hoy, el interés sobre el capital de condena tiene una tasa mucho más favorable que la tasa por la cual se ajustan los honorarios. En otras palabras: el deudor que no paga honorarios lucra con los intereses del profesional que lo representó. Otra cuestión que se debe revisar es el mecanismo de ajuste de los aranceles mínimos, que en la actualidad están establecidos por ley. También se debe buscar una solución para la situación de inequidad entre los abogados que pagan ganancias y otros que ganando lo mismo, pero en relación de dependencia, tributan menos.
–La lista ha sido identificada por algunos medios como una “lista K”…
–Los que integramos la lista provenimos de diferentes sectores. Algunos estamos más cercanos a las posiciones del Gobierno que otros. De nuestro espacio participan sectores de la conducción de la Asociación de Abogados en sus distintas vertientes, porque tampoco es un bloque homogéneo. También hay profesionales que integran la Asociación de Abogados Laboralistas y otros con una larga trayectoria en los organismos de derechos humanos.
–Algunos plantean que la política no debe ingresar en las organizaciones profesionales, que se debe mantener distancia. ¿Qué opina de esa oposición?
–Hay un planteo muy fuerte en ese sentido por parte de la actual conducción del Colegio. Se trata, en definitiva, del rescate de una posición apolítica, que es tradicional de los grandes estudios.
–¿En qué tradición política inscribiría la agrupación que encabeza?
–Nuestra fórmula reconoce dos cosas en su nombre. Por un lado, un homenaje a la Asociación Gremial de Abogados de Buenos Aires, que fue la institución donde se nuclearon los abogados que en su momento tuvieron un rol muy importante en la defensa de los presos políticos. Por otro lado, la perspectiva de «un Colegio para todos» habla de un programa inclusivo, de la intención de construir un Colegio que abarque a los casi 70.000 matriculados. Queremos que digan qué opinan, que participen y que se hagan cargo de que todos tienen derecho a pedir y disfrutar del Colegio Público.
Las 5 listas que se presentan en la elección...
Además de la nómina que encabeza Damián Loretti (Frente Gremial de Abogados Colegio para Todos), otras 4 agrupaciones disputarán espacios en el Consejo Directivo y en la Asamblea del Colegio Público de Abogado en las elecciones del próximo 24 de abril.
Una de ellas es Gente de Derecho, que postula la reelección del actual presidente de la entidad, Jorge Rizzo, quien propone la continuidad de una línea que se presenta como apolítica y que consiguió en los comicios pasados un fuerte ascendiente entre los sectores conservadores y liberales de la profesión.
Una base de apoyo ideológicamente similar tiene la agrupación que lidera Atilio Alterini, ex presidente del entidad (2000-2002) y ex decano de la Facultad de Derecho de la UBA (2002-2006) con el apoyo del radicalismo. En esta ocasión, y tras no acordar con PRO, Alterini es secundado por Juan Pablo Más Vélez, titular del radicalismo porteño.
Las dos listas restantes son Bloque Constitucional, que postula a Daniel Rybnik, y Nueva Alternativa, que lleva a Elías Salazar, de la mutual de abogados, organización que por primera vez presentará candidato propio.
Todos nosotros y el que sea abogado laboral tambien debe leer este blog, gran contenido, gran aporte.
ResponderBorrar